Buenos Aires rebosa vitalidad y elegancia. Una tarde de verano, en un animado barrio antiguo de la ciudad, tomamos una copa en la terraza de una milonga, donde las siluetas de los bailarines de tango se mueven en la oscuridad. Y nos embriagamos con los lánguidos ritmos de la música y los deliciosos aromas de flores blancas que trae el cálido viento. Contiene esencias de rosas, mandarina, ylang ylang, rosa, magnolia, violeta, heliotropo, almizcle y tonka. Perfume diseñado con Jérôme Di Marino.